Violencia y cultura de paz

¿De qué manera influye la arquitectura en nuestros modelos del mundo? El crítico George Steiner sugiere que la cartografía de la mente desarrollada por Sigmund Freud puede leerse como los planos de una casa de Viena de principios del siglo XX. En esta visión, el yo, el superyó y el ello, corresponden a la estancia, al ático y el sótano de la arquitectura vienesa. Los paisajes que podemos percibir nos sirven para modelar la estructura de nuestra conciencia. Si esto es así, ¿qué es lo que abren los nuevos paisajes de la ciencia y el arte en torno a nuestros modelos de relación con la naturaleza?

En las distintas ediciones de El Aleph. Festival de Arte y Ciencia, hemos explorado algunas de estas arquitecturas del mundo que son particularmente relevantes para reflexionar sobre la armonía o falta de armonía en el ámbito individual, colectivo y ambiental.

Así, en 2023, para abordar las fronteras de la violencia y la paz, los ángulos que se han tocado en el Aleph, se conectan orgánicamente con modelos y mapas más amplios que podrían abrir otras posibilidades alrededor de los siguientes ejes temáticos:

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Física moderna: Correlación en el fondo de la naturaleza

Mediante la participación en El Aleph de físicos de vanguardia como Juan Martín Maldacena, se abre una lectura del universo en donde todo podría estar correlacionado de una manera muy íntima desde lo más pequeño de lo pequeño en el mundo de partículas subatómicas, hasta lo más grande lo grande, en las escalas de galaxias y agujeros negros. Maldacena señala que “de manera poética podría decirse que el entrelazamiento cuántico son los hilos que tejen la tela del espacio-tiempo”. Esto representa una invitación para reflexionar sobre cómo nuestras percepciones y acciones deberían de estar a la altura de este entendimiento intelectual. Estamos profundamente entrelazados. Lo que ocurre aquí, afecta allá, desde los niveles más finos de la naturaleza, En el territorio del arte, autores como Aldous Huxley lo han señalado de la siguiente manera: “Cuando nos sentimos dignos herederos del universo, cuando el mar fluye en nuestras venas y las estrellas son nuestras joyas cuando todas las cosas se perciben como infinitas y sagradas qué motivo podemos tener por la codicia o la presunción o por la búsqueda de poder o las formas más tristes del placer”.

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El cerebro y la conciencia: Empatía y el problema de cómo imaginar al otro

Decía Carlos Fuentes que destruimos al otro cuando somos incapaces de imaginarlo. Eso es lo que también subraya la neurociencia. El investigador Giacomo Rizzolatti, pionero en los estudios cerebrales de las neuronas espejo, planteó en el Aleph que el mecanismo de la empatía que nos permite considerar a la otra persona como uno mismo, también puede ser bloqueado por “la deshumanización que niega la dignidad de otra persona”. En este campo, se reflexionará sobre el racismo, la injusticia, la desigualdad de género, las desigualdades económicas y sociales, y sus efectos en la violencia individual y colectiva. El psicólogo social Philip Zimbardo en los experimentos de la prisión de Stanford, investigó lo que denomina la escalera resbaladiza hacia el Mal y cómo los contextos de presión colectiva pueden generar violencia en quienes menos esperamos. En ese marco, plantea la necesidad de una educación con referentes de comportamiento humanista que permitan modelarnos –contra viento y marea– en lo mejor de los otros y de nosotros mismos. Esta es una tarea que debe comenzar en edades tempranas. En este marco, el novelista David Grossman –defensor de los procesos de paz en Medio Oriente— señala en sus cuentos para niñas y niños que vemos de manera terrible a los que son diferentes a nosotros. De ahí se sigue que debemos imaginarnos sin prejuicios y miedos.

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Medicina: La salud y la armonía del cuerpo colectivo

Al examinar los efectos de la pandemia, pudimos adentrarnos en la interrelación profunda de la salud individual y colectiva. La experiencia de la viralidad no tan sólo tiene una dimensión física que daña nuestra salud sino también una vertiente de información que puede destruir el tejido social con lo que se conoce como infodemIa, como noticias falsas que alteran la armonía del cuerpo colectivo. En este marco, es pertinente la reflexión del doctor Pablo Rudomín, -- quien dice que la sociedad desde una perspectiva fisiológica-- es un conjunto de sistemas nerviosos y que si pudiéramos reducir la entropía en nuestros cerebros, en nuestros cuerpos, tal vez podríamos descubrir mecanismos para reducir la entropía en la sociedad. Esto invita a la reflexión sobre la paz, salud social y su relación con la coherencia cerebral.

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Medio ambiente: Las ciencias de la complejidad

En las ediciones pasadas del Aleph hemos explorado la íntima relación que tiene el ser humano con su entorno. Esto plantea que la vinculación con lo que nos rodea no tan sólo sucede a nivel de las partículas que nos constituyen, también sucede en una escala en donde, por ejemplo, los modelos del microbioma, nos revelan la íntima conexión entre nuestra biología y el ecosistema de bacterias que complementa nuestros procesos metabólicos y genéticos. Al mismo tiempo, las ciencias de la complejidad nos hablan de las repercusiones que tienen cada una de nuestras acciones en el medio ambiente y en la sociedad. Esto nos permite apreciar cómo guerras en lugares lejanos, crisis económicas y sociales que aparentemente no nos tocan de manera directa, se entrelazan para generar condiciones de violencia.

Ello invita a reflexionar cómo podemos generar efectos de coherencia y armonía en la conciencia colectiva.

A través de la metáfora del Aleph de Jorge Luis Borges –de un punto que contiene todos los puntos– las diferentes miradas que ha convocado este festival para examinar las fronteras del arte y del conocimiento, desemboca naturalmente en una arquitectura multidisciplinaria para abordar los retos de un mundo profundamente intercomunicado en donde todos nos afectamos para mal y para bien. En este contexto, la intervención del conocimiento, la imaginación y la belleza, juega un papel primordial en la generación de nuevos relatos y propuestas para enfrentar los problemas de violencia, para facilitar mecanismos que contribuyan a la paz individual y social. Como dice el preámbulo de la Constitución de la Unesco: “Puesto que las guerras nacen en la mente de los seres humanos, es en la mente de los seres humanos donde deben erigirse los baluartes de la paz.“ Esta es una tarea urgente que nuestra Máxima Casa de Estudios aborda con un profundo compromiso, en una búsqueda a la altura de los mapas que nos brindan la ciencia y el arte, que pueden resumirse en un hermosa exhortación de Wolfgang Amadeus Mozart: “Si tan sólo el mundo entero pudiera sentir el poder de la armonía”.

José Gordon